La semana que comenzó con la previsión de ser perfecta, ha acabado no siéndolo.
Los planes que tenía eran buenísimos. Piscina, pachanga futbolera con los amigos, parcela, y viaje a Murcia, pero el jueves, antes de irme por ahí, estaba en la ducha cuando sonó el móvil. Ojala Dios, y no hubiera existido esa llamada, ojala, no hubiera ocurrido.
En plena ducha, cojo el móvil al ver quien era, y ya me lo imaginé. Me dan la terrible noticia de que una persona cercana había muerto hace unos instantes. Por razones obvias, personales, y de respeto, no diré de quien se trata, ni quienes son los familiares. Pero ojala hubierais conocido todos a dicha persona, para que supierais lo digna de seguir viviendo era. Hoy a domingo, sigo sin creérmelo.
Como una persona tan luchadora, alegre, graciosa, y buena ya no esté con nosotros... Desde el jueves por la noche, os puedo asegurar, que no deja de aparecerme por la cabeza... Momentos, frases, risas, retumban como un eco en mi cabeza.
Por lo que a día de hoy, ya no tengo tantas esperanzas en el mundo, porque veo, que siempre pagamos los mismos.
Pero te digo una cosa: Los que te hemos conocido en vida, JAMÁS te olvidarán.
Hasta siempre amigo.
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